Somos transparentes y democráticos en la información que compartimos y nuestra toma de decisiones, con criterios claros apegados al civismo y las buenas costumbres.
Somos congruentes en nuestro actuar, alineados a lo que predicamos: justicia y respeto de acuerdos.
Actuamos en la búsqueda del máximo beneficio para quienes representamos, sin atentar contra las normas que rigen la relación laborales, las fuentes de empleo y las condiciones de trabajo existentes.

Nuestra fuerza como institución está en nuestros valores, así como el compañerismo, la unidad y la sinergia que logremos con nuestros representados. Tenemos objetivos comunes y estamos alineados a nuestra misión.

La involucración, la comunicación, el análisis y el consenso disminuyen nuestras debilidades y potencializan nuestras fortalezas. Contamos con los mejores elementos y fomentamos su deseo de permanecer y desarrollarse.
Solos llegamos más rápido, pero el esfuerzo colectivo genera entusiasmo, satisfacción, motivación y nos hace llegar más lejos.

Somos expertos en nuestros contratos colectivos y normativas laborales más recurrentes. Estamos actualizados en las situaciones legales, sociales, políticas y económicas dentro y fuera de nuestras instituciones.

Creamos estrategias para convencer, no vencer. Intercambiamos propuestas con argumentos reales y hacemos promesas posibles. Dejamos fuera la improvisación.

Nuestras relaciones son a mediano y largo plazo, creando vínculos duraderos. Buscamos equilibrio en nuestras negociaciones con un “ceder-ceder-ceder-ceder”, para “ganar-ganar-ganar-ganar”. (Empresa-sindicato-jefe-representado)

Somos conscientes de las condiciones, necesidades y posibilidades de todas las partes. Contribuimos al balance y la reconciliación de la relación laboral.

Tenemos apertura y flexibilidad en las negociaciones, con sentido crítico, firmeza y exigencia ante las condiciones.
Somos capaces de afrontar la adversidad con equilibrio emocional, trabajando aún mejor bajo presión. No olvidamos nuestra razón de ser al tomar decisiones.

Buscamos beneficio hacia nuestros representados y la mejora continua a través de negociaciones positivas “con guante blanco”. Si se afectan sus intereses, negociamos con “mano de hierro”.

Somos responsables y conscientes, la necedad y la imposición no son parte de nuestro estilo.

Debemos ser cercanos y escuchar con actitud abierta, para poder conocer y comprender las necesidades de nuestros representados.

Generamos vínculos, compartimos y comprendemos sentimientos, necesidades, preocupaciones y estados emocionales.

Vemos a las personas detrás de las situaciones, participamos en el sentir de nuestros representados en una situación ajena. Somos empáticos con ellos, porque fuimos y somos trabajadores.

Tenemos la capacidad de moldear nuestra perspectiva y ser solidarios. Somos camaleones y alebrijes a la vez.
En SNAC, ser empático se debe practicar todos los días, trascendiendo en el momento de consolidar una relación y dar solución a esas necesidades.